El protagonismo de las mujeres indígenas en el Consenso de Montevideo a 10 años de su adopción
- ECMIA reflexionó sobre la relevancia y las brechas para la implementación del Consenso de Montevideo para las mujeres indígenas durante diálogo regional organizado por UNFPA.
ECMIA, 25/08/23.- “El Consenso de Montevideo y la Recomendación General 39 de la CEDAW deben complementarse para que los estados implementen apropiadamente los compromisos con participación nuestra”, señaló Tarcila Rivera Zea, coordinadora continental del ECMIA, durante el diálogo regional, organizado por UNFPA, sobre el Consenso de Montevideo.
El Consenso de Montevideo, considerado el acuerdo regional más progresista y ambicioso en materia de derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres, cumplió diez años este mes de agosto. A raiz de ello, UNFPA reunió a mujeres y jóvenes influyente del movimiento feminista y los derechos de las mujeres en un evento titulado “Feminismos en diálogo a 10 años del Consenso de Montevideo”.
Durante su intervención, la lideresa quechua del Perú empezó resaltando la lucha de las mujeres indígenas por lograr el reconocimiento de las violencias con “s”, en plural, que luego de procesos como Beijing, El Cairo y también el Consenso de Montevideo, en los que ECMIA jugó un rol determinante para dicho propósito, llevaran a la adopción por la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la Recomendación General 39 (RG 39) sobre los derechos de las mujeres y niñas indígenas.
“Gracias a estos procesos las indígenas hemos transitado de los derechos colectivos a reconocer los derechos individuales en nuestras vidas”, recalcó la coordinadora continental. “Nos dio un logro como la RG 39 de la CEDAW. Por primera vez una convención recoge los derechos específicos que tenemos como mujeres, niñas y juventudes indígenas: el reconocimiento de ambos derechos, los colectivos y los individuales.”
Sin embargo, también mencionó los grandes pendientes de los Estados para implementar el Consenso de Montevideo con enfoques pertinentes de interculturalidad e interseccionalidad para las mujeres, niñas y juventudes indígenas, así como la falta de información desagregada tanto por género y edad, como por variable étnica, que permita tener un diagnóstico real de la situación de los derechos secuales y derechos reproductivos para los pueblos indígenas.
Finalmente, la lideresa hizo hincapié en la necesidad de la participación activa y efectiva de las mujeres indígenas en el diseño de las políticas públicas que aborden sus derechos. “Debemos desarrollar propuestas y una narrativa propia desde nuestra particularidad, y los Estados deben trabajar con nosotras. No somos víctimas; estamos en situación de vulnerabilidad en los dos derechos (individuales y colectivos), pero somos capaces de plantear nuestras políticas”, acotó.