“El pulmón del mundo no se destruye”. Entrevista a lideresa Waorani sobre el triunfo del “Sí al Yasuní”
- ECMIA conversó con la defensora del Yasuní, Hueiya Alicia Cahuya Iteca, a propósito del referéndum que determinó el cese de las operaciones petroleras del bloque 43.
ECMIA 4/9/23.- “Desde los 16 años empecé a quejar”, comienza su relato Hueiya Alicia Cahuiya Iteca, dirigenta de la Mujer y Familia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), organización miembro del ECMIA. La lideresa indígena waorani cuenta que su abuelo fue asesinado por los petroleros cuando su madre era pequeña. Relata que al visitar el territorio que defendió su abuelo, se encontró con el panorama desolador de una petrolera y una carretera. En ese momento decidió el camino de su vida: luchar por el territorio ancestral de su pueblo.
“Yo reaccioné ahí, pensando en mi abuelo, y ahí entendí la vida de un hombre luchador como Iteca, que no hay que permitir más destrucción del santuario natural, jaguar, laguna”, comenta la defensora del Yasuní, un parque nacional ubicado en la Amazonía nororiental de Ecuador, considerado una de las zonas más biodiversas del planeta, y que se superpone a parte del territorio ancestral Waorani.
El domingo 20 de agosto, el pueblo ecuatoriano determinó mediante referéndum que el petróleo del bloque 43, situado dentro del mencionado parque, se deberá mantener “indefinidamente bajo tierra”, lo que implica que la infraestructura petrolera deberá ser retirada y dicha zona permanecerá libre de extracción petrolera.
Alicia recuerda los inicios de su lucha frente a los intereses petroleros en su territorio y la visión que tuvo sobre la importancia de organizarse entre mujeres para hacerle frente. “A muchas mujeres reuní y fundamos una organización para trabajar el desarrollo sostenible: artesanías, turismo comunitario, medicinas”, relata respecto a la Asociación Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana (AMWAE) y su apuesta por un desarrollo sostenible de la Amazonía.
Su camino de liderazgo no fue fácil, en especial debido a las campañas de desacreditación que de manera perversa gestaba la petrolera para sembrar división sobre los territorios. “Las petroleras decían ‘esa mujer va a engañar a la población para que no exploten petróleo, para quedar pobre’, pero yo no hacía caso y seguía luchando”, cuenta.
Uno de los retos más difíciles que tuvo que asumir fue el de confrontar a la directiva de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE), organización de la cual ella era vicepresidenta, durante la Asamblea Nacional de Ecuador en 2013, para impedir la aprobación de un proyecto de ley que admitía la explotación de dos bloques petroleros en su territorio ancestral, algo que, previamente, el entonces presidente de la NAWE había acordado apoyar con el gobierno de Correa.
“Las mujeres hemos sido firmes. Vengan petroleros, organizaciones, u otras a destruir, nosotras como mujeres hemos dicho ‘¡hasta ahí no más! ¡Basta! ¡Queremos vivir en paz!’”, expresa con orgullo, aunque en ese entonces aquel proyecto de ley fue aprobado. A pesar de ello y de múltiples amenazas y ataques en su contra, Alicia continuó luchando por el respeto a los derechos colectivos en favor del territorio Waorani.
“Hemos juntado, no solamente a las mujeres; hemos juntado a muchos hombres, jóvenes, indígenas, no indígenas, para hacer esta campaña de “sí al Yasuní”, relata. “Este Yasuní es el pulmón del mundo, el pulmón del mundo no se destruye”.
Tras el triunfo histórico por la protección del Yasuní, Alicia menciona que no bajarán la guardia ya que la única forma de garantizar la vida para las generaciones venideras es que los pueblos indígenas tengan el reconocimiento de su territorio de manera integral y autónoma.
“Ancestralmente nuestros abuelos cuidaron y dejaron este territorio para que nuestras generaciones pudieran vivir. Ahora nosotros tenemos nuestro plan de vida; tenemos cosmovisión indígena para hacer nuestro proyecto de desarrollo propio y sostenible a futuro”, menciona.
A su vez, la defensora resalta la importancia de seguir formando y educando a las juventudes, mujeres y varones, en la defensa de sus derechos colectivos, resaltando la labor de ECMIA y otras plataformas indígenas internacionales con quienes se articulan las luchas globales.
“Para que ustedes y nosotras podamos seguir trabajando, para defender otros territorios, para que el mundo mire que los y las indígenas tenemos poder y sabiduría por compartir, necesitamos seguir organizándonos firmes frente a toda destrucción”, asegura.