“La baja autoestima nos afecta cuando no nos abren las puertas para hablar”

  • Entrevistamos a la joven lideresa Maya Q'eqch'i, Ana Floridalma Cucul Bol, del Movimiento de Jóvenes Mayas MOJOMAYAS en Guatemala y participante en la Escuela de Empoderamiento del ECMIA.

“Ser líder significa saber orientar y tener la capacidad de conocer y aprender de otras experiencias”, cuenta Ana Floridalma Cucul Bol, joven indígena Maya Q'eqch'i de Guatemala, quien participa en la Escuela de empoderamiento político y liderazgo de mujeres indígenas jóvenes de ECMIA, un espacio que tiene el objetivo de promover la igualdad de género desde la defensa del cuerpo-territorio.

La joven líder de 22 años tiene claro su plan a corto plazo: seguir empoderándose y fortalecer a juventudes y mujeres de su comunidad para lograr una posición representativa de su pueblo a nivel local. Ella entiende el empoderamiento no a nivel personal, sino en espacios colectivos, donde las juventudes indígenas puedan reunirse y aprender de sus experiencias, así como del intercambio con generaciones mayores. “Es importante para fortalecer la autoestima”, menciona.

“La baja autoestima afecta a las mujeres jóvenes indígenas cuando no tienen espacio en lo político, social, cultural; cuando las autoridades no dan la oportunidad, cuando no les abren las puertas para hablar”, continúa contando la joven lideresa, quien sabe de primera mano sobre la importancia de la reafirmación de la identidad indígena para fortalecer a las juventudes, en especial a las mujeres. “Por ello son importantes los procesos que generan plataformas como ECMIA, de empoderamiento y de oportunidad de expresión”.

Ana Cucul Pol comenta que comenzó su activismo y su proceso de autoformación política cuando tenía 16 años. “Mis padres me apoyaron cuando llegó la invitación de Mojomayas”, cuenta, respecto a cómo llegó a formar parte del Movimiento de Jóvenes Mayas MOJOMAYAS, una iniciativa promovida por CONAVIGUA, organización perteneciente al ECMIA. “Gracias a ello pude conocer mis derechos como joven; también las problemáticas que nos afectan como la baja autoestima, los estereotipos, la discriminación”.

 

Aunque tuvo el apoyo de sus padres, la joven lideresa no ha sido ajena a las brechas estructurales que aquejan a muchos. “Yo quería estudiar Ciencias Jurídicas porque me gusta defender a las personas, orientar, apoyarlas; pero por problemas económicos estudié para ser maestra de educación primaria”, cuenta. “Espero que más a futuro sí pueda seguir esa carrera de Ciencias Jurídicas. Por el momento, estoy trabajando como secretaria de una abogada y puedo ir aprendiendo”.

A pesar de tener las oportunidades de crecer a nivel personal, la joven Maya Q'eqch'i sigue apostando por el fortalecimiento de procesos colectivos. “Nosotros nos juntamos como 50 mujeres jóvenes, adolescentes y también había señoras; empezamos a pensar nuestros problemas territoriales y cómo la falta de autonomía económica estaba ligada a ellos”, menciona. “Así que decidimos capacitarnos en hacer shampoo, jabón, huipiles, y apostar por economías sostenibles como el turismo comunitario”.

Cuenta que tras los primeros resultados de éxito, decidieron buscar alianzas con los municipios para destinar presupuesto a sus programas de desarrollo, tanto cultural como económico, llegando así a formar parte de espacios de decisión locales y trabajar en beneficio de su pueblo. También lograron entablar alianzas con instituciones nacionales. “Nos fuimos al Ministerio de Agricultura y Ganadería, el cual ayuda a capacitar a jóvenes y mujeres en trabajar la tierra para tener nuestro propio cultivo. Solicitamos ahí, y lo obtuvimos”, dice.

Ana Floridalma tiene esperanzas en un futuro más justo e igualitario para las juventudes y la niñez indígenas, y sabe que para ello las juventudes indígenas deben trabajar arduamente y en colectivo, fortalecer sus identidades y sus capacidades, y llevar a cabo planes de desarrollo desde un enfoque sostenible.

“Hagamos nuestro proyecto de vida. El proyecto de vida se basa en lo que hemos logrado, que estamos logrando y qué queremos lograr”, menciona. “Debemos integrarnos, trabajar juntos, aprovechando esos espacios que nos dan las diferentes instituciones y organizaciones para el interaprendizaje”.